A cuidar a la Madre Tierra

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A cuidar a la Madre Tierra

El 22 de abril de 1970 la humanidad alzó la voz para protestar en contra de los derrames de petróleo, el smog y los ríos contaminados. Fueron más de

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El 22 de abril de 1970 la humanidad alzó la voz para protestar en contra de los derrames de petróleo, el smog y los ríos contaminados. Fueron más de 20 millones de personas las que salieron a las calles para manifestarse ante una gran crisis medioambiental, en el que fue el evento cívico más grande del planeta en ese momento.

Ese llamado obligó a los gobiernos a tomar medidas contundentes para frenar la devastación, y para crear conciencia sobre los retos para preservar el planeta Tierra. Como habitantes de este planeta en crisis, amenazado por la pérdida de hábitats y biodiversidad, el calentamiento global y la contaminación, según manifiestan autoridades científicas alrededor del mundo, hay diversas acciones que se pueden realizar y una de ellas es evitar los incendios forestales.  

Los incendios forestales son la propagación libre de fuego sobre la vegetación forestal. Estos se producen por causas naturales o antropogénicas. Los primeros ocurren comúnmente por rayos, y en menor proporción por erupciones volcánicas y efusiones de lavas. También, aunque en muy raras ocasiones, son originados por chispas debido a caídas de piedras.

Por su parte, los incendios causados por la acción del hombre se pueden clasificar en tres tipos: accidentales, cuando se provoca el incendio sin haber tenido la intención de iniciarlo, por ejemplo, mediante el uso de fuegos artificiales; por negligencia, cuando el incendio se deriva de la combustión y no se tienen las medidas para evitar su propagación, ejemplo, por fogatas mal apagadas; intencionales, cuando se inicia con un propósito determinado como las quemas producidas para cambiar el uso del suelo forestal a agrícola.

Tanto a nivel global como nacional, la principal causa de los incendios forestales es la acción del hombre. Y la variabilidad o intensidad de estos entre zonas o regiones, está sujeta a las necesidades y el uso del fuego, siendo la causa más frecuente el uso generalizado para la preparación del terreno con un fin específico. Por ejemplo, cuando se limpian terrenos retirando la cobertura vegetal para practicar agricultura, promover los rebrotes tiernos para alimentar al ganado, u otras actividades económicas.

Los períodos prolongados de sequía también contribuyen a la propagación de incendios forestales, debido a que el aumento de la temperatura disminuye la humedad del suelo, dificultando así su control.

Impactos en el entorno

De acuerdo a la ingeniera ambiental Erika Blanco Donado, docente investigadora del Departamento de Civil y Ambiental de la Universidad de la Costa, los impactos producidos por los incendios forestales varían de acuerdo a la zona afectada, la intensidad, la duración, la frecuencia, la extensión, la fuente, y afectan dimensiones económicas, ecológicas, políticas y sociales.

“La mayor afectación o impactos negativos de los incendios ocurre en los ecosistemas boscosos y la biodiversidad, a través de la perdida de los recursos y disminución de la fauna y la flora. Otra manifestación es la deforestación y efectos como el debilitamiento de la vegetación, así como la pérdida de productividad del suelo”, afirma Blanco indicando que esto incide en los bienes y en los servicios ecosistémicos que estos proveen y, por consiguiente, perjudica al hombre.

La investigadora explica que el impacto ecológico de los incendios forestales es complejo, y las posibles alteraciones a las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, así como a la disponibilidad de alimentos y hábitat, no proporcionan un buen panorama para el desarrollo de la fauna silvestre, que puede resultar en la mortalidad o migración de la misma.

“Adicionalmente, estos episodios de quema tienen un efecto inmediato sobre la calidad del aire, debido a la emisión de contaminantes atmosféricos producto de la combustión incompleta de biomasa. Por lo que, además de disminuir la visibilidad, causan efectos adversos a la salud de las personas, contribuyen a la contaminación atmosférica e influyen en el cambio climático”, sostiene Blanco, quien también es Especialista en Gestión Ambiental empresarial y cursa una maestría en Desarrollo Sostenible.

¿Cómo prevenirlos?

Se puede contribuir a la prevención de incendios forestales atendiendo sencillas sugerencias como: evitar realizar quemas de basura o cobertura vegetal, y en caso de hacerlas, asegurarse de apagarlas por completo; no tirar colillas de cigarrillo encendidas, ni elementos de vidrio. En caso de incendio, avisar inmediatamente a las autoridades, y no utilizar pirotecnia (fuegos artificiales).

Los incendios forestales no son un tema nuevo en Barranquilla y el Atlántico. Las entidades gubernamentales y ambientales se han pronunciado acerca de los eventos de quemas en la Vía Parque Isla Salamanca, debido a las afectaciones en la calidad del aire y los riesgos para la salud de los ciudadanos. Después de que en el 2014 ocurriera uno de los incendios forestales con mayores pérdidas registradas en el Departamento de Magdalena, se creó un comité de vigilancia y control por parte de entidades públicas del Atlántico, Magdalena y la dirección de la Vía Parque Isla Salamanca. Desde entonces, con el apoyo de la policía y guardacostas, se desarrollan estrategias como el patrullaje y prevención; y la capacitación de comunidades para la prevención de estos eventos.

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