La ciudad de Barranquilla es conocida por su gran riqueza cultural y artística, y no se habla solo del Carnaval ni de las expresiones relacionadas co
La ciudad de Barranquilla es conocida por su gran riqueza cultural y artística, y no se habla solo del Carnaval ni de las expresiones relacionadas con esta fiesta que es patrimonio oral e inmaterial de la humanidad, sino de todas aquellas muestras culturales que reflejan la identidad caribe. En los últimos años ha sido escenario de un interesante proceso de reconfiguración urbana y social, impulsado por el arte callejero.
El muralismo y el street art se han convertido en instrumentos de comunicación intercultural, utilizados para sentar una crítica y generar impacto en el transeúnte del común. Estas expresiones artísticas buscan construir imaginarios sociales y transformar el espacio urbano, representando las historias, tradiciones y problemáticas de la comunidad.
En el artículo ‘Muros que hablan: la interculturalidad de una ciudad del caribe colombiano en el muralismo y el Street art’, Olga Caro y Angie Fontalvo, con la coautoría de Álvaro Acevedo y Margarita Quintero, indagan sobre los diferentes imaginarios sociales que se construyen alrededor de estos movimientos y entre los artistas que intervienen en la ciudad de Barranquilla, así como también, la forma en las que las obras son usadas para comunicar. “Estas permiten un proceso de interculturalidad que se soporta por medio de la revisión teórica y entrevistas realizadas a artistas reconocidos de la ciudad”, señala Fontalvo.
Desde una metodología cualitativa, hicieron una revisión teórica que abarca desde la relación entre comunicación y arte, procesos interculturales, imaginarios sociales, hasta la revisión del estado del arte de estas expresiones. Así mismo, entrevistaron a algunos de sus representantes, quienes manifiestan cómo a través del arte han sido partícipes de la construcción de nuevos relatos.
“Los artistas comunican el resultado de experiencias previas influidas por su entorno social e instituciones que definen el estilo artístico. Tanto el Sstreet art como el Muralismo permiten representar un imaginario social a través del mensaje que es plasmado desde los colores, el discurso y las letras, pues, la cultura popular, la fauna, la flora y el reconocimiento por los grupos étnicos que conforman el territorio son algunas de las temáticas expuestas en el espacio público”, agrega.
Uno de los principales objetivos de estas manifestaciones artísticas es la crítica social, en la que se aborda la problemática de la ciudad y se denuncian las desigualdades y la exclusión. Entre los tópicos que más inspiran a los artistas callejeros se destacan la violencia, el medio ambiente, la diversidad cultural y la identidad.
Sin embargo, de acuerdo con el estudio, el apoyo de entidades públicas y privadas puede limitar los discursos de dichos relatos, ya que muchas veces se ven obligados a aceptar ciertas condiciones y restricciones para recibir financiación. Esto ha generado una discusión en torno a la independencia del arte callejero y su capacidad de seguir generando impacto social sin comprometer su mensaje.
“A pesar de que el incremento de inversiones públicas y privadas han permitido al arte urbano ser una forma de sostenimiento con proyección laboral, y también ha incentivado la participación de los artistas en los diferentes proyectos desarrollados por la Alcaldía, se cuestiona hasta qué punto este tipo de apoyo encasilla los mensajes que buscan comunicar los artistas, limitando su participación para acceder a mejores oportunidades”, explica Angie Fontalvo, egresada del programa de Comunicación social y medios digitales de la Universidad de la Costa.
Este estudio evidencia que el arte callejero se ha convertido en una poderosa herramienta para la transformación social y urbana de la ciudad, generado una nueva forma de expresión y comunicación que permite a la comunidad conectarse con su historia, sus tradiciones y su entorno, construyendo así un imaginario social más rico y diverso.
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