Alberto Linero y su faceta poco conocida como investigador

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Alberto Linero y su faceta poco conocida como investigador

El profesor de la Universidad de la Costa, que fue sacerdote de la Iglesia católica por 33 años, acaba de terminar su doctorado en Educación en Nova

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El profesor de la Universidad de la Costa, que fue sacerdote de la Iglesia católica por 33 años, acaba de terminar su doctorado en Educación en Nova University en Florida. Investiga sobre la didáctica de las competencias emocionales.

No titubea para hablar de lo que le propongan. Su personalidad no es un destello en la oscuridad, por el contrario, ilumina cada lugar por donde pasa, ya sea el recinto de una universidad o un estadio colmado por una multitud ansiosa de escucharlo. La gente, esa que lo oye con pasión desde hace 33 años, se cuestiona ahora cómo llamarlo: «¿Padre… padre Linero?». A lo que él aclara: «No tengo problema con que me digan de la forma en que se sientan cómodos, puede ser padre o Alberto. Pero todavía no me llamen ‘Beto’, porque no me conocen lo suficiente».

Llega con una sonrisa amplia y saluda con su particular tono de voz a todos los que lo esperan en el salón. Muchos lo consideran un amigo porque Colombia se acostumbró a verlo y escucharlo a diario por las emisoras y los canales de televisión. Él los ha hecho sentirse cercanos e identificados con la relación que ha construido con ‘El Man’, como se refiere a Dios. Pero muy pocos conocen a Alberto José Linero Gómez, el educador e  investigador que encuentra en la academia una motivación para seguir adelante con su misión.

Actualmente, entre sus múltiples y variadas actividades, es profesor del departamento de Humanidades de la Universidad de la Costa y acaba de terminar su doctorado en Educación en Nova University, en Florida. Hizo una tesis sobre la emocionalidad en el discurso educativo, en la que se cuestionó qué tiene que caracterizarlo para tener el éxito del discurso publicitario. Hablar con él y de su rol como investigador no se desliga de su ser espiritual.

¿Le incomoda o le agrada que sigan llamándolo padre?

Esa es una pregunta importante. Hay que hacer varias precisiones: primero, en la teología sacramental católica el sacerdocio es eterno e imprime carácter –dirían los teólogos–, eso significa que yo nunca voy a dejar de ser sacerdote, que yo no renuncié al sacerdocio, que siempre voy a ser presbítero de la Iglesia Católica, por eso es que no me incomoda que me digan padre. Lo cierto es que he pedido una dispensa de mis funciones sacerdotales y por eso no me incomoda que me digan Alberto.

¿En qué momento sintió el llamado a la vida del sacerdocio y cómo supo que quería pedir una dispensa?

La primera respuesta tiene que ver con mi juventud: un muchacho de 15 años que va a un retiro espiritual, tiene una experiencia mística fuerte, se siente atraído por la propuesta existencial de Jesús y decide seguirlo porque se siente invitado a formar parte del grupo de amigos de Él, que lo siguen y comparten su mensaje. Ahí experimenté la vocación, eso que es un llamado y lo viví durante 33 años de mi vida. Hacia el año 2016 comienzo a tener una crisis existencial, comienzo a no sentirme bien en la lógica de la institución como tal, comienzo a sentir que hay relatos y prácticas que no corresponden con mi búsqueda existencial de ese momento y tomo la decisión de pedir una dispensa.

¿Qué les diría a los jóvenes que quieren unirse al sacerdocio?

Que uno es coherente con lo que siente, con lo que uno busca, que uno no se define por lo que otros han vivido, que uno se define a partir de la experiencia que tiene, y si se sienten llamados e invitados, que caminen, den el sí y echen hacia adelante. Que no dejen que la experiencia de otros obstaculice sus búsquedas personales porque al fin y al cabo lo que está en juego es la felicidad.

¿Cree que la Iglesia debe renovarse?

Sí. Yo no soy quien para decir eso, no soy más que un católico común y corriente, un bautizado que vive su fe, pero sí creo que la Iglesia lo necesita. Veo tres tipos de procesos de cambio: uno que tiene que ver con la liturgia, yo creo definitivamente que necesitamos una liturgia más incluyente que tenga que ver más con las emociones de las personas, que no se quede simplemente en un ejercicio conceptual. Dos, creo que tiene que haber algunos cambios en la estructura propia de la iglesia: mayor colegialidad, como el papa Francisco lo ha pedido, y creo que el celibato debe ser opcional; y tres, debe haber cambios morales serios porque el mundo nos ha ido exigiendo otro tipo de comportamientos.

Pasando a su rol como académico, ¿qué lo motiva a investigar?

Esa es una pregunta que revela una dimensión de mi vida que poca gente conoce. Yo acabo de terminar mi doctorado en Educación en Nova University, en la Florida. Hice una investigación sobre la didáctica de las competencias emocionales, en la que realicé una revisión bibliográfica minuciosa sobre el tema. Lo que me interesa cuando me siento a investigar y me hago preguntas es tratar de responder a los desafíos que la sociedad nos hace. Creo que la investigación no es un ejercicio académico de una élite que está fuera de la realidad, creo que la investigación es el ejercicio coherente, lógico, científico, de responder a unas necesidades y desafíos que la realidad me está planteando.

En estos momentos estoy trabajando todo lo que tiene que ver con emociones, inteligencia emocional, con competencias sociales y emocionales, lo que tiene que ver con liderazgo, que es lo que realmente me apasiona. Considero que hay una clave para el desarrollo social, son los temas que me jalonan en mi interés investigativo.

¿Cuáles son las ventajas de investigar en la era digital?

Todas. Yo soy investigador desde que tenía que ir a la biblioteca y hacer fichas. Yo hice fichas a mano. Hoy no, tenemos base de datos, bases de libros que tienen todo. Hay muchas facilidades que tienen que ver con las herramientas y también con nuevas preguntas porque lo digital no solamente es un medio sino que tiene una envergadura antropológica que nos exige pensamientos distintos.

¿Cuál es el problema de la educación en Colombia?

Tiene un problema terrible porque estamos trabajando las competencias duras, las cognitivas racionales, pero se nos ha olvidado trabajar las competencias sociales y emocionales. Podemos tener muy buenos profesionales, gente que sabe mucho de teoría, pero que no sabe relacionarse. Gente que no tiene un comportamiento ético marcado por la honestidad y los valores, que no sabe compartir con el otro y que no tiene pedagogía. Necesitamos mirar el estándar de calidad, no solo basado en indicadores cognitivos, sino emocionales que tengan que ver con lo social.

¿Es lo mismo formar hombres que formar profesionales?

Debería ser lo mismo porque los profesionales no viven en abstracto, no son entelequias que existen en nuestros conceptos, sino que son seres humanos, espíritus encarnados, que están en la vida diaria. Debería ser lo mismo, pero trabajamos lo cognitivo, racional, competencias duras relacionadas con la profesión, pero se nos olvida la realización del ser humano, la felicidad, la sinergia, las complicidades que se dan en la vida diaria.

¿En qué se diferencia Alberto Linero el investigador profesor del periodista motivador?

No hay diferencia, tiene que ver con los escenarios y los métodos, pero el ser humano sigue siendo el mismo. El mismo alegre que motiva en una conferencia es el mismo alegre que se ríe cuando está en radio pero se hace preguntas que tienen que ver con la realidad. Mismo ser humano: escenarios, método y modos distintos.

¿Es compatible el método científico para comprender el estudio de Dios o de los evangelios?

Creo que la teología es una ciencia que tiene un método científico. El hecho religioso hay que entenderlo lógicamente y hay que dar razones y argumentar. Ahora, que eso sea una experiencia espiritual no creo, las experiencias espirituales están en un plano distinto al plano académico. Que tú seas un buen teólogo no significa que tengas una buena experiencia teológica. Que tú conozcas bien el método para hacer teología no significa que tengas una propuesta espiritual fuerte, intensa y sólida.

¿Lo han tentado desde el mundo político?

Sí me han tentado desde el mundo político, pero yo afortunadamente estoy acostumbrado a vencer las tentaciones. Duré 33 años siendo ministro, célibe, y pude vencer esas tentaciones que son muy fuertes, ¿cómo no voy a vencer los cantos de sirena que te hacen desde el aspecto político?

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