El naproxeno y su comportamiento como contaminante emergente en el medioambiente

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El naproxeno y su comportamiento como contaminante emergente en el medioambiente

A lo largo de nuestras vidas muchos son los medicamentos que adquirimos para aliviar cualquier tipo de malestar pero, ¿en algún momento nos hemos pre

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A lo largo de nuestras vidas muchos son los medicamentos que adquirimos para aliviar cualquier tipo de malestar pero, ¿en algún momento nos hemos preguntado cómo los productos farmacéuticos inciden en el medioambiente? 

Este cuestionamiento, que invita a que reflexionemos, es resuelto -específicamente sobre el naproxeno como contaminante emergente- en la investigación ‘Pharmaceuticals as emerging pollutants: Case naproxen an overview’, un estudio liderado por Andrea Moreno, profesora de la facultad de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de la Costa

En entrevista, la investigadora primeramente explica que la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (US EPA) define como contaminante emergente a un compuesto químico o material que resulta siendo un peligro potencial o real para la salud humana y el medioambiente, además de contar con ciertos efectos secundarios en la salud a nivel general.  

“Estos contaminantes tienen diferentes orígenes y naturaleza química y, dado que su presencia en el ambiente no es significativa, muchas veces pasan desapercibidos. Sin embargo, se ha evidenciado que una exposición ambiental prolongada de, por ejemplo, el naproxeno puede inducir efectos como el estrés oxidativo, bioacumulación, alteraciones genéticas, disrupción endocrina y cambios en el comportamiento y desarrollo tanto de especies que habitan los ecosistemas acuáticos como de otros tipos de animales”.   

Agrega que el naproxeno fue el foco principal del proyecto, debido a que es un fármaco de amplio uso en todo el mundo, que se distribuye bajo venta libre sin fórmula médica y que a raíz de la pandemia por la covid-19 aumentó su uso.  

“Muchos estudios han evidenciado la presencia del naproxeno en diferentes fuentes hídricas y lo que más llama la atención es que este tipo de fármacos no logra ser  removido en su totalidad con sistemas convencionales de tratamiento de agua, así que deben ser tratados haciendo uso de métodos avanzados de oxidación que generalmente producen otras especies químicas que posiblemente dan lugar a una  mayor toxicidad”.  

Moreno destaca que para llevar a cabo el estudio fue necesario hacer una búsqueda exhaustiva de diferentes fuentes bibliográficas, seleccionando cerca de 100 publicaciones que presentaron mayor relevancia científica, que fueron afines a la investigación y que estuvieron enmarcadas en los últimos cinco años.  

En esa búsqueda dice que pudieron confirmar cómo el amplio uso del fármaco también ha conllevado a la descarga continua tanto del producto original como de sus metabolitos en las aguas residuales, dando como resultado final su presencia en lagos, ríos, arroyos, aguas subterráneas e, incluso, en el agua potable en concentraciones ambientales (ppb o ppt).  

“Llama la atención que el naproxeno tiene una vida media larga y puede permanecer inalterable en el medioambiente durante varios años. Este es un tema preocupante, dado que en la mayoría de los países el líquido preciado para el abastecimiento de la población se capta de aguas superficiales y aunque los productos farmacéuticos se detectan a nivel de trazas, la exposición crónica puede causar numerosos efectos nocivos sobre los organismos acuáticos, debido a sus bioactividades inherentes y a su persistencia ambiental. Dentro de los efectos se incluyen alteraciones de tipo endocrino y a nivel reproductivo”.  

En cuanto a la fauna y a la flora, la investigadora asegura que hay estudios ambientales que han demostrado los efectos nocivos del medicamento en organismos animales y vegetales, tales como cambios mutagénicos en sistemas bacterianos, efectos teratogénicos, feminización, hermafroditismo, efectos adversos en la fertilidad de los peces y la reproducción, y alteraciones en el crecimiento o en el sistema inmunológico. 

Otro de los hallazgos importantes fue que el naproxeno ingresa a los cuerpos de agua superficiales y, en la mayoría de los casos, lo hace a través de efluentes de aguas residuales, “promoviendo la exposición de los ecosistemas acuáticos al contaminante”. Asimismo, explica que la presencia del naproxeno en los ecosistemas acuáticos influye negativamente en el desarrollo de los organismos, a causa de los efectos tóxicos como el estrés oxidativo, la bioacumulación, los problemas endocrinos, la inhibición del crecimiento y la alteración bioquímica y genética. En general, “los estudios muestran que este fármaco afecta el comportamiento, el desarrollo y la expresión de genes antioxidantes en peces, induciendo mutagenicidad, genotoxicidad, carcinogenicidad y toxicidad en la reproducción de las especies. Sin embargo, los efectos generados por la exposición prolongada al contaminante y su ecotoxicidad crónica aún no han sido completamente estudiados”.   

El nivel de importancia de esta investigación radica en que consolida toda la información científica y relevante relacionada con el naproxeno como contaminante emergente, vital para futuros estudios enfocados en conocer a profundidad cómo esta sustancia afecta los ecosistemas acuáticos y cómo genera repercusiones en la salud ambiental. A su vez, su contenido pone en manifiesto el panorama actual para que desde los entes públicos se generen políticas que controlen la polución generada por este tipo de contaminantes emergentes.   

Cabe destacar que el artículo también busca generar mayor conciencia sobre el uso moderado y la correcta disposición de los productos farmacéuticos, especialmente el naproxeno, pues las principales fuentes que originan la descarga ambiental del fármaco provienen de actividades humanas.  

“Por ejemplo, cuando una persona ingiere naproxeno, el fármaco ingresa al organismo, pasa por un proceso de absorción y biotransformación para luego ser  excretado sin cambios o en forma de metabolitos, lo que no es utilizado por el cuerpo. Ahora, en esa eliminación ingresa a las plantas de tratamiento de aguas residuales en forma no metabolizada y posteriormente se transforma por los microorganismos y/o permanece en las aguas residuales tratadas y en los sedimentos, pudiendo así generar los efectos adversos a nivel ambiental”.   

Referencia: ‘Pharmaceuticals as emerging pollutants: Case naproxen an overview’

DOI: https://doi.org/10.1016/j.chemosphere.2021.132822

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