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Siempre ha existido la gran incógnita respecto a si nuestra conducta o comportamientos son inherentes a nosotros o el camino los va forjando esto, pero no hay una respuesta certera para esta pregunta. Algunos psicólogos como Allport (1975, citado por Cerdá, 1985) asumen que la personalidad se refiere a “la integración de todos los rasgos y características del individuo que determinan una forma de comportarse” (p. 438), es decir, que la personalidad se forma en función del desarrollo del individuo, a partir de las características ambientales, biológicas y sociales que explican, modulan y mantienen su comportamiento.
La personalidad compuesta por el carácter y el temperamento en conjunto permiten la construcción de recursos psíquicos para la adaptabilidad del individuo en una sociedad. En la investigación se pretende evidenciar las características psicológicas de un abusador sexual, dentro de ello los “trastornos mentales” y “rasgos de personalidad”.
La investigación denominada Psicopatología y características de la personalidad en un grupo de agresores sexuales señala que existen dos perspectivas para realizar la investigación; sin embargo, una de ellas nombrada como “perspectiva psicosocial” trasciende a los roles de poder que implícitamente se implementan en una violación, como el acto de someter. Esto se ajusta a los factores sociales y culturales como precipitantes, y a la violación como un comportamiento aprendido y servido a propósito.
Luego de haber aplicado una entrevista inicial y un cuestionario de personalidad -16pf de cattel- enfocado en una metodología cuantitativa, se evidencia que “el 64 % de los agresores sexuales, como el 76 % del resto de delincuentes, carece de antecedentes personales y familiares de trastorno mental. Pese a lo anterior, la muestra total se caracteriza por valores bajos de afectividad (son fríos, reservados) e impulsividad (introspectivos), y elevados niveles de sensibilidad emocional (tendencia al sentimentalismo, idealismo, y fácilmente impresionables) y de suspicacia, lo que es más llamativo para los agresores sexuales que se podrían describir como recelosos, dogmáticos.
La agresión sexual es un problema multifactorial que involucra diversos factores, como la historia de vida, el entorno social, los factores psicológicos y emocionales, entre otros. Sin embargo, es fundamental recordar que la personalidad no es una sentencia definitiva para cometer delitos, y es importante fomentar la responsabilidad individual y la rehabilitación para reducir el riesgo de reincidencia.
Al identificar los rasgos y características psicológicas comunes, los profesionales de la salud mental y del sistema judicial pueden desarrollar estrategias de prevención y tratamiento más efectivas. La muestra estudiada se caracteriza por tener una personalidad fría, reservada, introspectiva, fácilmente impresionables y sentimentalista, así como con elevados niveles de suspicacia.
Escrito por: Jeika Michell Castillo Amaris
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